El Congreso organizado por la Universidad Católica de Temuco constó de dos mesas en donde se expuso acerca de distintas perspectivas de la nueva Constitución.
El pasado 11 de agosto se realizó el Congreso “Nueva Constitución: ¿nuevos desafíos?”, organizado por la Facultad de Ciencias Jurídicas, Económicas y Administrativas de la Universidad Católica de Temuco. Este se dividió en dos mesas, siendo la primera titulada “Libertad religiosa y Nueva Constitución: desafíos y perspectivas” y la segunda “Derecho de Familia y Constitución. Un aporte desde el catolicismo en Chile y Argentina”.
La finalidad de esta instancia era discutir temas que van a ser objeto de debate a nivel nacional dentro de los próximos meses, en el marco de la coyuntura constitucional en la que se encuentra el país.
En el primer panel, moderado por Juan Pablo Beca Frei, profesor de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Católica de Temuco, expusieron los profesores Carlos Salinas Araneda, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y Miguel Orellana Benado, de la Universidad de Chile, tras unas palabras de bienvenida del decano de la Facultad, Alfredo Di Pietro.
Posteriormente, en el segundo panel del Congreso, moderado por la profesora de la Universidad Católica de Temuco, Fátima El Fakih, expusieron la profesora de la Facultad de Derecho UC y miembro del Centro UC de la Familia, Carmen Domínguez H. y la profesora de la Pontificia Universidad Católica de Argentina, Marta Matera.
La profesora Carmen Domínguez H. se refirió a la importancia y actual situación de la familia en relación a la norma jurídica chilena: “La familia es en primer lugar una realidad pre jurídica, significa que al Estado no le corresponde el derecho de definir o de alguna manera fijar cuales son los ámbitos o espacios del desarrollo de la vida familiar”.
Seguidamente, la profesora explicó la íntima conexión que existe entre la formación del ser personal y la vida familiar: “Es en la familia donde por definición todos aprendemos la experiencia de darnos a otros, que es lo que caracteriza al ser persona, donde se aprende a ser un buen ciudadano. La protección de la familia surge como una tarea inminente, preferente del Estado, en cuanto el debilitamiento de la vida familiar es un hecho socialmente grave; no solo interesa a los miembros de esa familia, sino que impacta a la comunidad, porque de la formación de la persona depende también la calidad de ciudadanos que tenga un país”.
Aseveró que el Estado no puede permanecer indiferente frente al desarrollo de la familia y que en la mayor parte de las constituciones vigentes en Latinoamérica, se contemplan normas relativas a resaltar y reconocer la importancia del matrimonio o de la filiación que surge en este.
“Creo que hay algo muy importante en la perspectiva del debate constitucional que se está dando, es ocasión de poner al derecho en el exacto rol que puede tener respecto de la protección de la familia. Creo que en la evolución de Chile tenemos una comprensión exacerbada del rol que el derecho puede cumplir respecto de la familia”, señaló.
Asimismo, agregó que aunque la solución jurídica no es determinante de la opción de la familia o cómo los miembros viven la experiencia familiar, la norma jurídica puede ser una herramienta muy útil en la tarea de construir familia y preservar un proyecto de familia estable al establecer los derechos y obligaciones básicos de cada miembro de esta.
Para finalizar su ponencia, la profesora Carmen Domínguez H, expresó que la Constitución le impone el deber al Estado de propender al fortalecimiento de la familia, por lo que es una norma que debiera mantenerse en la nueva Constitución. “Es rol de todos los ciudadanos de fiscalizar cómo el Estado acompaña a la vida familiar, también el ser ejemplo, modelo y ayudar a quienes nos acompañan a tener la mejor de las experiencias de la vida familiar”, sostuvo.