Que las familias cambien la lógica mercantil por la de la gratuidad, fue el llamado que hicieron el padre Samuel Fernández y Benito Baranda, en una conferencia organizada por el Centro UC de la Familia y la Fundación Padre Hurtado. "Los padres deben, en cierto sentido, ser para sus hijos lo que Cristo fue para todos: Camino, Verdad y Vida", plantea el Padre Alberto Hurtado con respecto a la familia, tema que fue analizado en una conferencia efectuada en conjunto por el Centro UC de la Familia y la Fundación Padre Hurtado.
Pese a la muerte temprana de su padre y el alejamiento de su madre debido a sus estudios, en el seminario primero y en Europa después, el joven Alberto tuvo una experiencia fundamental de familia muy positiva, que lo llevó a defender la familia como núcleo fundamental de la sociedad, así como también a experimentar un profundo amor tanto a Dios padre como a la virgen.
Como explicó el decano de la facultad de Teología UC padre Samuel Fernández, Alberto Hurtado considera que en la familia se refleja el fundamento de la vida cristiana: olvidarse de sí mismo y darse al otro como un acto de plena gratuidad. Ésta es, según el santo chileno, la única forma de ser plenamente humano, pues es frente a un otro que nos constituimos como personas plenas.
Sin embargo, es precisamente al interior de la familia donde ocurre la mayor tasa de violencia en Chile. De hecho, el 31% de los chilenos cree que la familia es una institución en crisis, y para el 28% es fuente de tensiones y problemas (de acuerdo a encuesta nacional PNUD 2001). Sin embargo, como dijera el Papa Juan Pablo II, "el futuro de la humanidad se fragua en la familia".
Es por eso que el director social del Hogar de Cristo, Benito Baranda, urgió a que las familias tengan más vida interior, única manera de protegerse frente a las amenazas del mundo actual, tales como el individualismo, el hedonismo, el relativismo y la cultura del tener. Frente a esto, es necesario que las familias cambien la lógica mercantil, del "tú me das, yo te doy", por la gratuidad. "Si el dar sin esperar nada a cambio no es parte de la vida matrimonial, es muy difícil educar a los hijos en el amor de Dios, que es gratuito", expresó Baranda.