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Experto entrega las cinco claves para pasarlo bien en la crianza

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El profesor de la Universidad de Queensland y coautor del programa Triple P Alan Ralph, analizó las ventajas de una parentalidad positiva y los cinco grandes pasos para llevarla a cabo, en un seminario realizado por la el Centro UC de la Familia y la Facultad de Medicina.

Entregar herramientas concretas a los padres en el cuidado de sus hijos, fue el objetivo del seminario organizado por el Centro UC de la Familia y la Facultad de Medicina: “Las cinco claves para pasarlo bien en la crianza: los principios de una parentalidad positiva”. El expositor fue el sicólogo Alan Ralph, profesor del Centro de Apoyo de la Familia y la Crianza de la Universidad de Queensland, Australia, y coautor del programa de desarrollo de habilidades parentales Triple P (Positive Parenting Program).

De acuerdo a este experto, el objetivo de la crianza es formar niños sanos que sepan comunicar sus necesidades, relacionarse bien con los demás, esforzarse siempre al máximo, manejar sus emociones, sentirse bien consigo mismos, que se encuentren en un ambiente seguro y sin conflicto, y que se sientan queridos. Pero, lograrlo no es fácil. “Todos aprendemos a través del ensayo y el error”, dice. Ralph explica que los padres deben entender que ciertos episodios de mala conducta son normales y algunos problemas de disciplina son inevitables.

La clave es desarrollar la parentalidad positiva, la que busca: promover el desarrollo del niño y manejar su conducta y sus emociones de manera positiva; crear lazos afectivos sólidos; buena comunicación; destacar las cosas positivas; planificar anticipadamente; y usar las situaciones diarias como una oportunidad. Pero, ¿cómo lograrlo?

Los principios básicos de la parentalidad positiva son cinco. El primero consiste en proporcionar un entorno seguro y estimulante. Para esto, se deben establecer rutinas predecibles, los niños deben saber qué va a suceder así como tener las reglas claras, de lo contrario es difícil que se sientan seguros. Los padres deben supervisar a sus hijos, saber dónde y con quién están; planificar actividades interesantes; enseñar a los niños reglas de seguridad básicas, para que puedan explorar de forma segura y no decirles constantemente que no puede hacer ciertas cosas; y enseñarles sobre seguridad personal.

El segundo aspecto es proporcionar un entorno positivo para el aprendizaje. “Muchos padres sienten que es el trabajo de otro educar a sus hijos, como el kínder o el colegio, y se pierden muchas oportunidades de enseñarles a sus hijos”, afirma este sicólogo. Una estrategia es dedicar tiempo para estar con los niños, no necesariamente largos periodos, pueden bastar unos minutos cada o una llamada telefónica. También hablar con amabilidad, conversar y escuchar con frecuencia, compartir sus experiencias aún cuando los niños son pequeños, demostrar afectos y utilizar elogios descriptivos. “Muchas veces la atención de los padres se centra en lo malo y no en lo bueno. Sin embargo, la atención de los padres es un impulso poderoso para cambiar la conducta de los niños”, explica Ralph.

El tercer tema es la disciplina asertiva. De acuerdo a este profesional, la disciplina funciona mejor cuando los niños viven un entorno predecible y reciben mucha atención por su buena conducta; los padres tienen expectativas razonables, aplican consecuencias justas y predecibles ante una mala conducta y se apoyan entre sí. Entre las estrategias están: prepararse con anticipación a los hechos, organizar actividades de modo que los niños no se aburran, establecer reglas básicas, elogiar la buena conducta, observar y supervisar, usar un tono de voz adecuado, utilizar una discusión guiada cuando no se cumplan las reglas, dar instrucciones claras y fáciles de seguir, y retirar la actividad que cause problemas durante un breve lapso de tiempo. Como dice Alan Ralph, “los padres deben aprender a resistir más que sus hijos. Si ellos piden algo 17 veces, los padres deben saber decir no 18”.

El cuarto principio es tener expectativas realistas. Hay ciertas preguntas que deben hacerse los padres: ¿qué expectativas tienen de sus hijos?, ¿cuáles son las expectativas de otros padres?, ¿qué expectativas tienen del colegio?, ¿qué esperan los padres de sí mismos? Las expectativas en general dependen de lo que los padres consideran normal para los niños de su edad, pero cada uno se desarrolla a ritmos diferentes. Es por esto que cuando los padres esperan demasiado, pueden surgir problemas.

Por último, los padres deben cuidarse a sí mismos: mantener expectativas realistas sobre sí mismos, reducir los compromisos innecesarios, establecer rutinas que faciliten la transición de una actividad a otra (no llevar los problemas del trabajo a la casa y viceversa), enseñar a los hijos a ser independientes, y mantener un buena red apoyo con parientes y vecinos.

En resumen, este experto recomienda a los padres ver a la familia como una prioridad, crear un ambiente seguro para los niños, promover el aprendizaje de sus hijos, utilizar la disciplina asertiva y mantener expectativas razonables.

Publicado el 30 de agosto en uc.cl

 

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