Entre el 4 y el 10 de Agosto se llevó a cabo en Ciudad de Panamá (Panamá) el 1er Congreso Latinoamericano de Agentes de Pastoral Familiar bajo el lema “Mi familia y yo servimos al Señor”.
La instancia, organizada por Departamento de Familia, Vida y Juventud del CELAM y la Arquidiócesis de Panamá, contó además con el apoyo de Consejo Pontificio para la Familia, el Pontificio Instituto Juan Pablo II, y la Red de Institutos Universitarios Latinoamericanos de Familia, REDIFAM, quienes desarrollaron temas como “Familia y Educación; Familia y Comunicación; Familia y Vida (Políticas públicas); Familia y Economía; y Familia y Evangelización.
El objetivo de este congreso, informaron sus organizadores, es “impulsar la reflexión, desde las ciencias sociales, la teología y la pastoral, sobre la familia como fuente de riqueza social, para reforzar el sentido del valor social de la familia y promover su ser y su misión en el ámbito social y eclesial como discípula misionera vital para la vida plena y la comunión misionera en el continente”
La profesora y directora del Centro UC de la Familia, Carmen Domínguez participó en su calidad de Presidenta de la REDIFAM de este congreso, en donde expuso en el segundo panel de expertos.
En su intervención, Carmen Domínguez expuso sobre una mirada al horizonte sobre las políticas públicas en relación a las familias y a la vida. El objeto de su ponencia era preguntarse “¿qué podemos hacer para que nuestros Estados, para que nuestros países, promuevan políticas que fortalezcan a la familia?”, señalando además que “como nunca antes en la historia, existe una consciencia declarada acerca de la importancia de la familia”. Aun así, señaló que por otro lado, el panorama es distinto, porque a la hora de concretar cuáles son esas políticas públicas que irán en favor de la familia, el debate se ideologiza. “La cuestión de la política pública se transforma sólo en si vamos a legislar en regular la uniones de hecho entre parejas del mismo sexo, en extender el matrimonio a las parejas del mismo sexo y en permitirles la adopción”.
La profesora señaló que la mayoría de las políticas públicas para las familias que se implementan o discuten en los países latinoamericanos, tienen una mirada que no ve a las familias como una comunidad de vida y amor, sino que más bien de una mirada de los individuos, es decir, son miradas distintas a lo que el magisterio de la Iglesia proclama como valor católico.
Además de esta intervención, una de las más destacadas fue la del Arzobispo de Panamá, Monseñor José Domingo Ulloa, quien señaló: “la mejor inversión que puede tener un país no son las grandes edificaciones y economías prósperas, sino tener una familia fuerte, donde se enseñe el respeto, el valor de la vida desde su nacimiento hasta su muerte natural, donde se promueva el diálogo generacional, donde los adultos mayores tengan el rol protagónico que le corresponde, donde la niñez y la juventud se sienten amadas y protegidas”.