¿Cómo afirmar la necesidad de una estructura familiar "ideal" en virtud del ethos social actual?
Lo primero es reconocer que la familia sigue siendo el origen de la cosa pública y del bien común, es decir, es la fuente de aquellas sociedades que son más vitales y portadoras de futuro. En segundo lugar, ese reconocimiento implica descubrir aquello que es y aquello que hace familia. En este sentido, no se trata de proponer una defensa de un determinado modelo histórico señalándolo como ideal, sino reencantarnos con la esencia y trascendencia que le es propia.
En efecto, una de las cuestiones positivas de la postmodernidad es que hemos sido interpelados acerca del aporte de la familia a la construcción de una sociedad buena y justa, precisamente porque la estructura histórica tradicional de la familia no estaría siempre generando virtudes o bienes públicos, sino problemas y vicios, siendo un obstáculo al progreso de sociedades democráticas. No obstante, es posible. advertir aquello en algunos contextos; es un error que, a partir de esa observación, se generalice señalando que todo en la familia es negativo y que debemos encapsularla en la esfera privada, anulando su rol social.
Es imprescindible proponer que al interés privado -de los integrantes de la familia-se pliega un interés público, social, que surge precisamente porque de la familia proviene el capital humano, espiritual y cultural de una sociedad. Es dato empírico que la familia es fuente de virtudes sociales y que, por el contrario, la degradación del tejido social, la falta de solidaridad y amistad cívica y el involucramiento con la comunidad, tiene su fuente en la reducción de la familia a un puro asunto privado, sin darle demasiada importancia a las funciones que la familia está llamada a jugar.
La familia no es el pasado ni un modo de vivir en desuso. En el proceso de deconstrucción y desinstitucionalización en que nos encontramos surge la necesidad de reconocer que la familia es más que una definición subjetiva, que depende solo de la percepción de los individuos; la familia es relación, otorga pertenencia, comparte valores y surge de reconocer lazos valorizados y legitimados por la sociedad. Lo anterior no es incompatible con el reconocimiento de derechos subjetivos o nuevas relaciones primarias -de amistad, uniones libres, etc.-, pero manteniendo el primado funcional que la familia tiene como institución transcendente donde se realiza la plena reciprocidad entre los sexos y entre las generaciones.
Pregunta elaborada por Sebastián Gonzalez, profesor de la Escuela de Ingeniería de la UC.