Columna de opinión: “40 horas y los impactos para la familia"
Nicole Elizondo - Investigadora Centro UC de la Familia
Después de seis años de discusión legislativa, finalmente se promulgó la ley que busca reducir gradualmente la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales en los próximos 5 años, y que tiene como objetivo de “mejorar la calidad de vida de trabajadoras y trabajadores, quienes dispondrán de más tiempo para descanso, recreación, vida familia y comunitaria”.
El proyecto Ley 40 horas ha sido calificada como “pro-familia”, ya que contempla el uso de bandas de horario para ingreso y salida del trabajo para las madres y padres trabajadores de niños y niñas de hasta doce años, y las personas que tengan el cuidado personal de estos. Además, se establece la posibilidad de acordar una jornada laboral 4x3 y compensar las horas extras por hasta 5 días hábiles de descanso adicional al año.
Sin duda, la nueva normativa apunta a lograr una mayor conciliación trabajo-familia y a la corresponsabilidad en las tareas familiares y domésticas. La experiencia comparada de países que han reducido la jornada laboral demuestra impactos de mediano plazo como un mayor bienestar, mejor salud mental y fortalecimiento de las relaciones interpersonales.
Sin embargo, debemos reconocer que este ideal contrasta con la realidad que experimentan muchas familias chilenas y que no se soluciona únicamente con reducir la jornada laboral. Además de los desafíos relacionados con la productividad laboral, la participación laboral femenina y las brechas salariales, se suman los costos de las guarderías infantiles, los horarios de trabajo dispares de los padres debido a la naturaleza de sus trabajos, los tiempos en el transporte y desplazamientos en la ciudad, el acceso limitado a servicios y oportunidades recreativas, así como la seguridad, ahora más necesaria que nunca.
Estos elementos deben hacernos repensar estrategias que complementen la reciente ley de las 40 horas, a través del debate de los proyectos actualmente en discusión legislativa, como el derecho a la desconexión laboral (Boletín 11110-13), la modificación del horario de cierre de los comercios y servicios de atención directa al público (Boletín 14567-13), la flexibilización y compensación de la jornada laboral para cuidadores de niños, niñas, adolescentes, discapacitados y personas mayores (Boletín 15106-13), entre otros.
Indudablemente, la reducción de la jornada laboral es un avance significativo a largo plazo. Sin embargo, también es crucial tener en cuenta los aspectos cotidianos que condicionan el bienestar de las familias. Es necesario avanzar hacia políticas familiares que promuevan una verdadera conciliación entre el trabajo y la vida familiar, el cuidado de los hijos y el bienestar personal.